viernes, 27 de junio de 2014

Mi camisa blanca

Cierto los ojos y allí estas tu, sentada de rodillas en el medio de la cama con la cabeza de lado mirándome con esa sonrisa que te sale cuando sabes que vas a conseguir lo que quieres y mi camisa blanca abrochada sólo por tres botones... Me acerco a ti, te retiro el pelo de la cara y entonces te beso, un beso sensual, cálido y apasionado que dura alrededor de 30 segundos, para luego continuar por el cuello, mientras aprovecho para oler tu perfume, te acaricio la cara y vuelvo a besarte esta vez el beso es más largó, te tumbo en la cama y como no podía ser de otra manera empiezo a acariciar tu cuerpo desnudo, sólo cubierto por mi camisa blanca, puede que hayan pasado unos diez o doce minutos regalándonos caricias, la verdad es que no lo se pero de me ha hecho muy corto ya estamos completamente entragados y entonces decides que es hora de tomar las riendas te subes encima mío coges mis manos las pones sobre tus pechos para que juegue con ellos, todavía llevas mi camisa blanca así que la sensación de la tela sobre tus pezones y el movimiento de nuestros cuerpos te esta llevando a un estado de clímax total empiezas a gritar y entonces es cuando decido hacerme cargo de la situación te tumbo en la cama y volvemos a dejarnos llevar por el fuego y pasión de nuestros cuerpos haciendo el amor, la excitación es tal que pasamos varias horas haciendo el amor, hasta acabar exhaustos, dormidos y abrazados... Y tu sigues con mi camisa blanca.

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